Cabecera del periódico ‘La Época’ de 1852 donde aparece la noticia. Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional
El que se considera primer accidente ferroviario con víctimas mortales de España sucedió a la altura de la estación de Santa Catalina, sobre el canal del Manzanares. La locomotora, el primer vagón que hacía de portaequipajes y otros dos (de tercera) del tren que se dirigía a Aranjuez cayeron por un terraplén. Murieron el fogonero y el interventor que prestaban servicio en el convoy. Otro empleado sufrió heridas graves y 26 pasajeros resultaron heridos leves. Todos fueron trasladados al hospital de Atocha, actual Reina Sofía. Era el segundo camino de hierro creado en España. Corría el año 1852.
Litografía del tren. Manual del Ferro-carril de Madrid a Aranjuez (1851)
La prensa afirma que el suceso llamó mucho la atención aquellos días. El servicio se restableció y pudieron circular los trenes de la tarde y la noche. Uno de estos trenes se componía de veintidós vagones, con más de mil viajeros que regresaban de los toros de Aranjuez (era domingo). El telégrafo se restableció enseguida, lo que permitió restablecer rápidamente el servicio y ofrecer los auxilios necesarios.
La causa del accidente no parecía fácil de identificar, pues, según la prensa de la época, no se detectó ningún defecto en el trazado. El maquinista, Powel, con doce años de experiencia en tres países, no encontró explicación.
La prensa recogió el testimonio de Antonio Flores, uno de los pasajeros: “El espectáculo que vimos fue horrible. El primer vagón de tercera estaba completamente destrozado, había caído sobre la máquina. Después que fueron saliendo ligeramente heridos de aquel vagón, cada pasajero que lográbamos extraer de entre los restos era un milagro.”
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