El bloque situado en la
calle Cerro de la Alcazaba número 21 es propiedad de la SAREB, un banco malo, una entidad privada con el mandato público de vender los inmuebles
adquiridos a entidades en crisis, y su principal accionista es el FROB, de titularidad pública estatal, con un 46 % del capital de la compañía.
El edificio, sin cédula de habitabilidad, lleva ocupado desde 2015 y el
vecindario ha denunciado sin éxito ante la propiedad, la Delegación del
Gobierno y el Ayuntamiento el riesgo eléctrico (están ‘enganchados’), el ruido,
la suciedad, la violencia y amenazas provocados por los ocupantes. En situación
similar se encuentra el bloque de Buendía 9.
Fotografía del inmueble con chatarra y diversos enseres |
A
partir de esa fecha, los vecinos de la zona no han parado de denunciar
infructuosamente ruido y suciedad en la vía pública, como
chatarra o diversos enseres después de la finalización de cada alquiler.
También han denunciado el absentismo
escolar de algunos de los menores. Estas denuncias trajeron consigo las amenazas de algunos de los ocupantes.
Así mismo han presenciado situaciones de violencia
en varias ocasiones, las dos últimas el pasado mes de junio, con heridos.
DENUNCIAS ANTE LAS ENTIDADES RESPONSABLES
En 2018 los vecinos enviaron mediante burofax un informe que recogía estas incidencias a la propiedad, la SAREB, sin respuesta hasta la fecha. Ese mismo año se volvió a comunicar a Unión Fenosa, la compañía suministradora, el riesgo eléctrico, y esta contestó que la reclamación era ‘procedente’ y que iba a gestionar a la resolución, sin más noticias hasta hoy. El mismo informe se envió a la Junta Municipal del distrito, a Servicios Sociales de Entrevías, a la Oficina de Atención al Ciudadano de Policía Municipal. Sólo recibieron contestación de Servicios Sociales, pero desconocen si este organismo ha tomado alguna medida al respecto. Finalmente, en 2020 enviaron el informe actualizado a la Delegación del Gobierno de Madrid. La contestación de la Delegación fue muy escueta, tomaban nota de la problemática y que estaban al tanto de la situación. Los vecinos llaman a policía municipal para denunciar el ruido o a policía nacional para denunciar actos violentos. En el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, PP, Ciudadanos y Vox firmaron acuerdos por los que se comprometían a crear oficinas antiocupación que todavía no se han puesto en marcha. Así, tanto la administración central, responsable como propietaria del edificio, como la administración local consienten que la situación conflictiva persista. El vecindario echa de menos una mesa conjunta de todas las administraciones para solucionar casos como este.
LOS PROBLEMAS DE FONDO
El primer problema es la falta de una política de vivienda que evite
situaciones como estas. El segundo
problema es una ley insuficiente que diferencia entre propiedades, la ley 5/2018 sobre la ocupación
ilegal de viviendas, que sólo contempla la recuperación de
inmuebles ocupados de personas físicas y ONG, pero no de empresas o de
entidades jurídicas como la SAREB, que copan
el 75 % de las ocupaciones en España. El tercer
problema de fondo se encuentra en la responsabilidad de la propiedad, la SAREB. El recientemente fallecido Gay de Liébana proponía que se diera
una salida
organizada a estos inmuebles. Y el cuarto
problema es la indefensión del
vecindario colindante, deberían dotar a las comunidades de propietarios de
legitimación para actuar cuando se vean afectadas por la alteración de la convivencia.
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