El Programa Municipal de Huertos Urbanos Comunitarios, coordinado por el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, ha sido diseñado con la participación de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales (FRAVM) y la Red de huertos Urbanos de Madrid. Su objetivo es apoyar las iniciativas ciudadanas para desarrollar proyectos comunitarios de agricultura urbana sostenible, siguiendo las premisas de la agroecología. En Entrevías hay dos, uno en el Centro Cultural ‘Lope de Vega’ gestionado por la Asociación Vecinal ‘La Viña’ (avlavinaentrevias@gmail.com) y otro en Ronda del Sur esquina avenida de Santa Catalina, todavía en construcción, gestionado por la Asociación Vecinal ‘La Paz’ (aavvlapaz@yahoo.es).
Entrevistamos a José Antonio Illescas, participante en el huerto urbano del ‘Lope de Vega’.
Comunidad del huerto del ‘Lope de Vega’. Viña’. Comunidad del huerto urbano A.V. 'La Viña'
José Antonio, segundo por la izquierda en la fotografía, con sombrero y chaqueta verde y amarilla, es del barrio de toda la vida. Comenzó a cultivar en el huerto antes de la pandemia, colaboran doce personas, “el más joven tiene 83 años”, bromea. Acuden a Retiro, previo aviso por escrito, para recoger semillas y plantones. El grupo se reparte las tareas los miércoles, con turnos de mañana y tarde. Se reparten entre ellos los frutos de su trabajo y si sobra, le ofrecen a la gente que se acerca. Hay que quitar hierbas, mantener el sistema de riego, riegan dos veces al día, a las seis de la mañana y a las diez de la noche. “La gente mayor es la que más viene.”
El otro huerto urbano comunitario se encuentra al comienzo de la avenida de Santa Catalina, conforme se baja a las cocheras de la EMT, a la derecha. Estará gestionado por la Asociación Vecinal ‘La Paz’. Paco Carazo, su presidente, invita al vecindario a participar en el huerto: mayores, escolares, personas relacionadas con el centro de Servicios Sociales, con el centro de Salud, etc. El fin es “satisfacer funciones ambientales, paisajísticas, sociales, comunitarias, educativas, saludables, de identidad y de sentido de pertenencia al barrio.” Llevan más de cuatro años exigiendo que el ayuntamiento cumpla con el compromiso, con la grave pandemia de por medio. La parcela ya está preparada en lo más básico, el vallado perimetral, acometida de agua, instalación de arqueta y caseta de acero para los aperos.
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