sábado, 24 de julio de 2021

LA ATENCIÓN PRIMARIA EN ENTREVÍAS

Es difícil identificar todos los efectos negativos que la falta de presencialidad en nuestro centro de salud ha tenido y tiene para la salud. La alternativa, la atención telefónica, ha sufrido retrasos de días e incluso semanas y ha sometido tanto a personal como a usuarios a una situación nueva con problemas de gestión o de comunicación, como el manejo del teclado y de las diferentes herramientas mientras se atiende telefónicamente al paciente, que puede llevarle, por ejemplo, a no prescribir algún medicamento. También la mayor brevedad de las conversaciones puede traer consigo que el informe quede incompleto, por no hablar de los indicios corporales que el facultativo no puede valorar directamente.

En la cola de entrada, una vecina que esperaba media hora para realizar una gestión administrativa, nos comentó: ‘Tantas precauciones aquí y en el bar del otro lado están dentro sin mascarilla’. Otra, quincuagenaria, se queja de que no haya un programa para la menopausia ni otro de apoyo para los cuidadores. Ella se encarga del cuidado de sus padres, octogenarios. Dice que su médico de cabecera le ha recomendado un seguro privado.

Las citas presenciales comenzaron en junio de forma escalonada. Para comprobarlo, solicitamos cita presencial en julio y nos dieron para ese mismo día. Al mismo tiempo, el centro se habilitó para la detección de la covid y la vacunación frente al coronavirus de colectivos específicos. El día que más dosis se administraron se llegó a las 180, aunque personal de enfermería del centro afirma que podrían administrar más. DIVERSOS COLECTIVOS RECLAMAN MÚLTIPLES MEJORAS En una manifestación el 20 de junio, las asociaciones vecinales demandaron más recursos humanos (la ratio no debe exceder de 1500 pacientes por médico, en Madrid hay uno por cada 2 000 habitantes), consultas presenciales y ampliación de horarios (de 8 a 21 horas).

La Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) habla de que la crisis de la Atención Primaria, que no depende sólo del impacto que sobre ella tiene la pandemia COVID, viene de lejos. El porcentaje del PIB español en Sanidad es bajo en relación con los países de su entorno.  La parte dedicada a Atención Primaria no alcanza el 14 % del gasto sanitario y en Madrid ni al 11,5 %, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el 25 %.

En el ‘Decálogo de Objetivos del Foro de Médicos de Atención Primaria’, el colectivo médico firmante reclama que la Atención Primaria sea reconocida como el eje del sistema sanitario, con incremento presupuestario, dotación adecuada de recursos humanos, aumento de la capacidad de realización de pruebas diagnósticas y que todas les sean accesibles, liderazgo en la gestión de los enfermos crónicos, tiempo mínimo de diez minutos por paciente, entre otros.



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