'El 24' entra con dificultad en la calle Eduardo Requena |
Si pusieran multas cuando deben nadie estorbaríaA las 12.15 horas de un día laborable, el 24 enfila la avenida Ciudad de Barcelona. El trayecto hasta Vallecas se cubre en cinco minutos, pero al entrar en la avenida de la Albufera comienza el eslalon: todo el carril derecho está ocupado por furgonetas, camiones y coches con los cuatro intermitentes. "Aquí cada uno va a lo suyo. Si pusieran multas cuando deben nadie estorbaría", protesta el conductor, acostumbrado al estrés de la línea. "Me echo a temblar cada vez que me toca circular por las calles de Vallecas", recalca.
Pero lo peor está por llegar. A la altura del mercado de Vallecas, los camiones de reparto interrumpen el paso, formando una larga cola que se detiene durante dos minutos. Ya en la calle Eduardo Requenas, apenas un centímetro separa al autobús de los retrovisores de los coches. "Hoy estamos de suerte. Más de una vez hemos tenido que esperar al dueño de un coche que se salía demasiado", recuerda una viajera. Pero, al instante, el bus hace una parada imprevista: una máquina taladra el suelo ante la mirada impotente del chófer. Los usuarios consultan el reloj, miran impacientes por la ventana... "¡Vamos, hombre!", gritan. A los tres minutos, el obrero deja paso al bus.
Tras cruzar las vías, una furgoneta en sentido contrario lucha por pasar antes que el autobús. Pero al rato se da por vencida, da marcha atrás y libera la vía para el 24. Después de esquivar varios coches en doble fila, el bus por fin sale a la avenida Entrevías y llega a El Pozo. El suplicio acaba para los viajeros. Pero no para el chófer: "Ahora otra vez igual, pero en dirección Atocha".
NOTICIA COMPLETA: LOS COCHES MAL APARCADOS ATASCAN LOS BUSES DE VALLECAS
FOTO: Jorge París
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